La promiscuidad homosexual versus heterosexual

¿ Somos más promiscuos los Gays que los Heterosexuales?


Primero decir que la promiscuidad no es un problema. Como todo, si se hace mal y sexo no seguro... entonces sí que lo es. El resto de consecuencias tan solo dependen de cada uno y de sus pactos "personales".

"La mayoría de las prostitutas son femeninas por la simple razón de que la demanda de prostitutas femeninas es mayor que de varones. Si la existencia de prostitutas femeninas revela el apetito sexual masculino en toda su crudeza, pues así también, el fenómeno de la homosexualidad masculina. Antes del advenimiento del SIDA, los homosexuales masculinos practicantes eran mucho más que los hombres heterosexuales. Muchos bares gays eran, y son, lugares reconocidos de ligue para relaciones sexuales de una noche. Las saunas de San Francisco dieron alas a las orgias y a las hazañas del sexo repetido, ayudados por los estimulantes, que excitaban a la mente durante los primeros años de la epidemia de SIDA.

Un estudio del Instituto Kinsey sobre los gays en el área de la Bahía de San Francisco detectó que el 75 por ciento de ellos, habían tenido más de un centenar de parejas y el 25 por ciento habían tenido más de mil (Symons, 1979).

No hay que negar que existen muchos homosexuales que son menos promiscuos que muchos heterosexuales. Pero incluso los activistas homosexuales admiten que, antes de que llegara el SIDA, los homosexuales eran generalmente más promiscuos que los heterosexuales. No hay explicaciones convincentes de esto. Los activistas dirían que la promiscuidad homosexual es causada en gran parte por el rechazo de la sociedad.

Las actividades "ilegítimas" o vergonzosas " tienden, al ser consentidas, a ser practicadas en exceso. La dificultad legal y social de formar matrimonios gays va en contra de las relaciones estables.

Pero esto no es del todo convincente. La promiscuidad no se confina a los que practican el sexo gay clandestinamente. Se admite que la infidelidad es un problema mayor en los matrimonios gay masculinos que en los heterosexuales, y el rechazo social es mayor para los que practican relaciones ocasionales que para las relaciones homosexuales estables. Muchos de los mismos argumentos se aplican a las lesbianas, que muestran un contraste llamativo: las lesbianas tienden raramente a practicar en el sexo con desconocidas sino que por el contrario forman parejas que persisten por muchos años con poco riesgo de infidelidad. La mayoría de las lesbianas tienen menos de diez parejas en toda su vida (Symons, 1979).

Donald Symons de la Universidad California en Santa Barbara afirma que la razón de que el homosexual masculino, en promedio tiene más parejas sexuales que los heterosexuales masculinos, y mucho más que las lesbianas, es debido a que los homosexuales masculinos expresan tendencias masculinas o instintos distintos a los de la mujer.

"Aunque los hombres homosexuales, como la mayoría de la gente, desean generalmente tener relaciones sexuales, tales relaciones son difíciles de mantener, en gran parte debido al deseo masculino por la variedad sexual; la oportunidad sin precedentes, de satisfacer este deseo en un mundo de hombres y la tendencia masculina hacia los celos por causas sexuales.... Estoy sugiriendo que el heterosexual masculino se comportaría, probablemente, como el homosexual masculino y practicaría más a menudo el sexo con desconocidas, participaría en orgías anónimas en saunas, y a menudo se detendría en áreas con lavabos públicos para una felatio de cinco minutos de vuelta al hogar después del trabajo, si las mujeres estuvieran interesadas en estas prácticas " (Symons, 1979).

Ello no quiere decir que los homosexuales no busquen y deseen relaciones estables o que a muchos les repela moralmente el sexo anónimo. Pero el argumento de Symon apunta a que el deseo de relaciones monogámicas con una sola pareja y el deseo del sexo casual con desconocidos no son instintos mutuamente incompatibles. De hecho, son característicos del heterosexual masculino, como queda probado por la existencia de unos servicios de chicas de compañía, que por un determinado precio proveen a hombres de negocios felizmente casados de diversión sexual mientras viajan.

Symons se refiere, no a hombres homosexuales sino a los hombres en general. Como él dice, los hombres homosexuales se comportan como hombres, tan solo que más; las lesbianas se comportan como mujeres, tan solo que más (Tripp, 1975; Symons, 1979

Referencias citadas: Symons, D. 1979. The evolution of human sexuality. Oxford University Press, Oxford. Tripp. C.A. 1975.The homosexual matrix. Signet. N.Y.